martes, 23 de febrero de 2010

Capitulo 25







Diario de Emilio
12-agosto-2010
Tengo ganas de ver a Pelayo pero tampoco quiero forzarlo. Me duele ver que me desprecia. Este medio día he tenido que pasar por delante. Él está dentro pero en la puerta, habla con el feo horroroso de siempre que está de espaldas. Estaba oscuro y sólo ha sido un segundo pero ha estado bien.

13-agosto-2010
Pelayo es guapísimo. Muy guapo. GUAPO en mayúsculas. Esta tarde he estado tentado en ir a tomar algo pero no tiene sentido. Disfruto más viéndolo de lejos que estando ahí y no me cuesta nada. A ver tampoco quiero pasar todos los días para no darle motivos a que me tenga más asco. Hoy tenia que pasar por ahí y ¿¿porqué no iba a mirar? Pelayo está en la terraza, del lado de la tienda, atendiendo unas mesas. Da la vuelta para ir al otro lado pasando por mi lado ¡¡Wow¡ Casi nos frotamos. Me estremezco. Tengo su culo tan cerca… ¡Cómo me gusta este macho¡ Hoy sí he gozado bien de él y gratis. Ni me mira. Lleva bandeja. Lleva ese jersey azul que me encanta, jeans cortos. Algo más oscuros que los de días atrás. No se le ve aplastado pero tampoco se le marca culo ¡¡Igual es muy sexy¡ Me gusta tanto. Es tan fácil verlo pero no quiero hacer como hice al principio, no quiero estar siempre por ahí, que se sienta acosado. Pero él me encanta, es mi vida ¡¡me habría quedado toda la tarde mirándolo’ Un señor está hablando con él. Cuando vuelvo a pasar por ahí está en la barra del fondo ¡¡me encanta¡

15-agosto-10
Hoy no estaba Pelayo y me ha sabido mal. Me gusta mucho. Almenos me consuela que sí lo he visto durante la semana.




22-agosto-10
¡¡que cachondo me ha puesto Pelayo¡ ¡¡Hoy por fin me ha enseñado los calzoncillos. Mira que ha costado. Casi un año después y a poco tiempo del final de la temporada. Si me descuido…
Hoy ha estado un día perfecto. Si ya no lo volviera a ver esta temporada ya me daría por satisfecho. Me he puesto muy contento al ver que estaba él. Ya con esto me sentía satisfecho y es que encima él me ha atendido y por si esto fuera poco me ha dejado gozar de su cuerpo. ¿¿qué más se puede pedir por menos de tres euros? Hoy sí que me doy más que por satisfecho.
Era la jefa la que atendía, lo que me ha decepcionado. Creía que una vez más no lo vería. Él está en un rincón de la barra limpiando una nevera. Entro muy cortado. Sin decir nada. Me ha sorprendido que él se ha portado bien. A lo mejor ha comprendido que no lo quiero molestar o porque estaba la jefa. Yo no he dicho nada. Él me mira y dice:
--¡hola¡
Voz fuerte, masculina. Me han entrado escalofríos ¡¡Es un chico impresionante¡ Daría mi vida por unos minutos de amor con él. Se me queda mirando como preguntando qué quiero. Muy rojo y sudado. No sé si de playa o de trabajo pero sí que se veía muy rojo. Nunca lo había visto así. Yo lo he mirado bien ¡¡Está tan guapísimo¡ ¡¡EL MÁS GUAPO DEL MUNDO ENTERO¡ Me encanta. Lo echaré de menos cuando no esté. Ojalá pasara algo y se quedara todo el año, daría lo que fuera por eso. Él se ha puesto a hablar con una cliente que iba a pagar.
--¿Dónde vas de vacaciones?
Me ha servido a mi una horchata pero sin mirarme. Ni se ha molestado en agarrar el dinero que tenía preparado en la barra. Lleva tejanos cortos muy caídos. ¡¡Es cuando limpia la nevera que que se le ve la goma de los calzoncillos. Marca diesel, blancos. Me he puesto a 100. Se le ve un poco la goma cuando limpia la nevera, luego ya se mete más a fondo y se le ve ya toda la goma. Se le ve la marca. Él limpia mientras habla con la señora y a mi se me ha puesto más dura que nunca. ¡Es la primera vez que gozo estando con él¡ ¡¡lástima que ya se acabe¡ ¡¡vendo mi alma al diablo si es preciso (je, je) ¡pero que no me lo despidan¡
--ahora te cobro yo –le dice Pelayo a la clienta.
Entonces es cuando mira el dinero que yo he dejado en la barra.
--vale –me dice.
Yo recalco.
--son, 2,70 ¿no?
--sí.
Entonces ya no he esperado más. Me voy. De hecho nervioso y alterado que ni me acordado ni me he molestado en despedirme. Me he quedado muy contento. Pelayo me ha hecho acabar la semana con muy buen sabor de boca ¡Inmejorable¡

29-agosto-10
Pelayo es el hombre más guapo del universo entero sin dudarlo. ¡¡ay, cómo me gustaría que este ejemplar de macho del mejor fuera mío ni que fuera una sola vez ¡¡Daría todo por eso¡ Mi vida por unos segundos en sus brazos. Lástima que ya haya empezado la cuenta atrás, queda tampoco para seguir gozando de él. ¡¡No lo soportaré¡ Hoy no he gozado especialmente de su cuerpo pero sí de su sonrisa. Una sonrisa amplia, se ve simpático. Él está en la barra cuando yo he pasado por ahí. Pelayo y la jefa limpian las neveras. Él la del fondo. Había una vieja en la barra y yo me podía haber puesto justo en frente de él pero no me he atrevido. Me he puesto delante de la jefa, justo en un rincón al principio. Se ve que la anciana debía estar hablando pero se ha callado cuando yo he llegado porque Pelayo le ha dicho:
--siga…
Él ha sonreído mientras escuchaba a la señora. Yo me he derretido, este tío me encanta. Lleva el jersey azul, jeans cortos que no le marcan culo. Limpia las puertas de una nevera que le tapa el torso. La vieja bebía muy poco a poco, lástima no ser cómo ella. No me habría movido porque seguro que le vuelvo a ver los calzoncillos pero tampoco se tiene que abusar. Ya me puso muy cachondo la semana pasada y ahora encima he vuelto a gozar de él. Tampoco quiero molestarlo tanto. Me gusta tanto, sin duda alguna es el hombre de mis sueños. El hombre por el que lo daría todo.


Quedan pocos días para que la temporada de verano acabe, las cosas no van bien en la heladería y la jefa ha decidido colgar el cartel de se vende. La crisis del país los ha salpicado a ellos. Emilio todas las semanas desde que conoció a Pelayo juega a la lotería, juega a unos mismos números: 31, 2, 12, 14, 26 y 29. Son los días de sus primeros encuentros con Pelayo. Al principio, cuando guardó el paquete de tabaco lo hacía con la esperanza de ser rico y poder buscarlo para hacerle una propuesta deshonesta ahora lo hace más bien por rutina. Ser millonario cambiaría su vida y sin duda algo haría para estar más cerca de Pelayo pero se ha acostumbrado a vivir al día, contento con verlo todos los días. Se conforma con eso. Es la lotera la que le da la enhorabuena.
--¿¿Cómo que no te has enterado?
La mujer lo conoce de hace tiempo y sabe que siempre juega a los mismos números.
--¿tienes el boleto, no? ¡¡te ha tocado¡
Emilio se ha quedado tan sorprendido que no es capaz de decir nada. Es un hombre rico, de la noche a la mañana tiene más dinero del que nunca soñó, del que nunca podrá gastar. Su primer pensamiento es para Pelayo:
--¿y si le ofrezco todo el dinero que quiera por una noche de sexo?
Está dispuesto a pagar el precio que le pida el joven pero ¿cómo se hace una propuesta así? Además ama a Pelayo y no es sexo lo que busca. No desea que él se le venda. No desea que llegue a odiarlo. No. Emilio sabe que si obliga a Pelayo a hacer algo que no quiere luego no podría mirarlo a los ojos. Lo que más le importa es no perder el contacto con él y poder ayudarlo. Necesita dar una vuelta. La biblioteca está cerrada pero siempre sale a dar una vuelta para ir a la heladería. Ese día no entra, ve el cartel de se vende en la heladería. Sonríe.
--Ya sé cómo me voy a acercar a Pelayo.

Le llegada de un nuevo dueño causa incertidumbre en todos los empleados. Emilio no quiere que se hagan muchos cambios, que el traspaso se haga de un día para otro. Todo seguirá igual. Esa tarde se cierra la heladería para que los empleados conozcan al dueño. Pelayo y Ermenegildo se sorprenden al ver a Emilio. El hombre se acerca a ellos.
--así podré venir todos los días pero sin pagar…
Pelayo se muestra muy amable. Extiende su mano.
--bienvenido…
Le sonríe. Emilio encaja su mano con la de Pelayo. Siente como si hicieran el amor. Pelayo lo está tocando, lo está saludando. Ahora él es el jefe de Pelayo, tendrán que tratarse y Pelayo tendrá que ser amable con él. La propuesta de darle una fortuna por sexo es delicada pero Emilio no lo descarta, eso dependerá de cómo se desarrollen los acontecimientos. Lo ha logrado, ha metido a Pelayo en su vida, se ha metido en su vida. Ahora tiene la oportunidad de lograr que no se aleje de él nunca y hará lo que sea para lograrlo.

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