Es domingo por la mañana, no hace un día muy caluroso pero no hace frío como los días anteriores. Fer sale a dar un paseo con la intención de tomarse algo fresco en la heladería. Eso sí, tiene que ver a Pelayo. Siente que el corazón se le va a salir por la garganta.
--¡ahí está, ahí está¡
Lo ve en el exterior. Colocando cojines en las sillas. En el momento que el joven está llegando él entra a por más. Fer está en la puerta de la heladería cuando ve que Pelayo no está, que se ha metido en el almacén.
--¡¡que rabia¡
Lleva la misma ropa que los días anteriores.
--¡vaya parece el uniforme…¡
Los pantalones cortos son los mismos.
--No ha elegido los mejores días ,es cuando menos calor está haciendo.
La camiseta parece la misma.
--¡que olor a hombre debe hacer como no se la haya cambiado¡ --dice divertido.
Fer se sienta tranquilo en el ayuntamiento a esperar. Lo ve salir con más cojines.
--No tardará, mejor me espero.
En el momento que Pelayo entra, Fer detrás. Lo ve en la barra, por fuera. ¡¡Lo va a tener a su lado¡ El joven está bien feliz. Justo en ese momento entra un repartidor. Pelayo, bien divertido, al pasar el repartidor, le da una patada en el trasero. Pelayo sin moverse, de espaldas. Da patada.
--¡¡que travieso¡ --dice Fer para sí.
Para su decepción, Pelayo entra en el almacén. Lo ve meter helados en una nevera. Fer se toma una granizado y de los grandes para dar tiempo a Pelayo a salir. Incluso piensa en tomar otro. Finalmente no lo hace y se da cuenta que ha sido lo mejor porque Pelayo nada que sale y eso que se queda un buen rato dando vueltas por ahí.
--ha sido un fracaso total y absoluto, me estoy arruinando y a él nada que lo veo.
Le consuela haberlo visto pero si le duele no haberlo ni saludado. No sabe bien que le ha pasado con Pelayo. Ningún hombre le hizo sentir de esta manera, por ningún hombre se hubiera gastado dinero. Le gusta, le gusta mucho y sólo con verlo de lejos ya es feliz.
Pelayo llega a su casa tarde, tiene ganas de comer y luego estar a solas con su chico. Al ver a Fátima ya se da cuenta que toca fingir.
--¡mira quienes han venido¡ --dice Román.
Yoli está sentada en el sofá junto a Samuel y el pequeño Onofre que juega a sus pies. Yoli mira desafiante a Pelayo. Onofre corre a saludar al amigo de su papá. Pelayo se muestra frío con el niño. Se le hace extraño pensar que podría ser hijo de él. No quiere reconocer que tiene dudas y por eso prefiere guardar las distancias. Samuel se abraza a su amigo. Pelayo fuerza una sonrisa. Le molesta la presencia de Yoli en su casa. Pelayo y Samuel se desean, sus pieles arden a tocarse. A ambos les duele frustrarse.
--me pongo cómodo y vengo… --Pelayo.
Yoli no le saca los ojos de encima. Se muestra coqueta, hasta le guiña el ojo. Pelayo nervioso por el descaro de la joven. Tiene miedo que su chico se dé cuenta. Samuel pasa de lo que haga su esposa. Román confía ciegamente en su nueva amiga. No imagina que estrenó a su pareja, que tuvieron un hijo y que desea venganza. Pelayo agarra del brazo a Fátima:
--¿te vienes, mi amor?
Pelayo hace un esfuerzo por mostrarse tranquilo pero ésta furioso. Román se hace el desaparecido. Entra en el baño que comunica a la habitación. Fátima se encierra en el baño y Román es el que entra en la habitación. Ya se han acostumbrado al teatro. Ni Román ni Pelayo quieren hacer pública su relación. Para Yoli y Samuel, Fátima y Pelayo son pareja y no se dan cuenta de nada. Con desprecio, Yoli le dice a su marido::
--seguro que le pega…
Samuel mira a su esposa molesto.
--¡que tonterías dices¡
--¿no ves la cara que tiene? ¡no le gusta que esté aquí, que sea amiga de su mujer…¡
--Tampoco creo que a Fátima le guste saber que te lo hiciste con él.
Samuel ya no hace caso a su esposa y se centra en su hijo. Yoli sonríe maquiavélicamente. Es lo que pretende, cuando Fátima esté totalmente encariñada con ellos soltar la verdad para lastimarla. Pelayo discute con su novio
--¿qué hace aquí?
--¡son nuestros amigos¡
Pelayo sabe que Yoli es un peligro para su relación y no sabe cómo alejarla de su novio sin contar la verdad.
--¡no me gusta que estés con ella¡
Román piensa que es un capricho de su chico.
--¡Eres el padrino de su hijo¡
Pelayo hace que no con la cabeza:
--Ya te he dicho que yo no.
A Román le hace ilusión y como no entiende el enojo de su chico pues no le hace caso.
--¡lo vamos a ser quieras o no¡ ¡¡Yo he aceptado tus condiciones, mi hermana se hace pasar por tu novia para que…¡
Pelayo no lo deja seguir por ahí:
--¡A ti te da terror que tu padre sepa que eres gay¡ ¡¡no querías vivir solo conmigo, vivir al lado de tu hermana era la única manera¡ ¡¡eso fue condición tuya¡
--¡tienes razón y me encantaría compartir el apadrinamiento de ese pequeño¡ ¡¡para mi es importante que tú y mi hermana seais los padrinos¡ ¡será como algo de los 3¡
--¡Te he dicho que no¡
--¡y yo que sí¡
Román deja solo al chico. Pelayo se saca la camisa y la lanza furioso. Tarda en salir, ya Román lo está reclamando. Fátima está con su hermano en la cocina. Como ella tiene que actuar como si fuera la dueña de la casa, Román le da un mensaje a Fátima para su novio:
--¡Dile que se enfría la comida, luego se quejará¡
Fátima va a buscar a Pelayo. Ella no entiende el motivo de la pelea pero está nerviosa porque respira la tensión de su hermano.
Pelayo trata de ignorar a Yoli que está sentada frente a él. Ella no le dice nada, pero con sus pies, trata de tocar el cuerpo de nervioso Pelayo. Pelayo siente un gran desprecio hacia esa joven que no respecta ni a la supuesta mujer de él ni a su propio marido. Ni siquiera a su hijo que está en su sillita entre Yoli y Samuel . Yoli y Román hablan del bautizo mientras Yoli va rozando con los dedos de su pie la zona genital de Pelayo que, nervioso, incómodo, trata de apartarse con la silla de la mesa disimuladamente.
--Que venga tu padre … --dice Yoli con ironía.
Ni Samuel ni Román dicen nada porque no le ven ni el problema, ni el interés. Pelayo sabe por dónde viene la amenaza. Yoli quisiera que en el bautizo estén padre e hijo para humillarlos a ambos. Pelayo no sabe cuáles son las intenciones de la mujer pero no cree que sean muy buenas por lo que no quiere mezclar a su padre.
--No creo que sea necesario…
--A lo mejor le apetece conocer a su (hace una pausa)
Yoli habla con desafío…Pelayo nervioso…
--A su casi nieto porque si es tu ahijado, será como su nieto –gran ironía de Yoli.
Pelayo se siente aliviado porque Yoli no habló pero sabe que es una amenaza fuerte.
Al día siguiente, Samuel se acerca a la heladería para ver si se entera porque estuvo tan tenso Pelayo. Toma algo, hablan un rato pero de nada en concreto. A la hora de pagar Pelayo dice:
--Yo invito.
--¿seguro?
--al fin y al cabo en unos días más seré el padrino de tu hijo… --Pelayo resignado aunque procurando ser amable.
Samuel lo abraza con cariño.
--gracias por aceptar, sé que no te apetece pero es que Yoli se empeñó y bueno eres mi mejor amigo, quiero que seas tú…
Samuel es muy afectuoso, Pelayo se siente mal por estar ocultándole la verdad.
--Ya sabes que no es por ti, es que Yoli está un poco loca y si mi pareja se entera que nos acostamos pues me va a ir mal…
Samuel toca el brazo a su amigo.
--Yo te entiendo aunque lo tuyo con Yoli no fue nada importante no veo porque a tu novia le tiene que molestar…
El problema es lo que no sabe Samuel, que su relación con Yoli fue más allá del sexo y Pelayo tiene miedo que Yoli quiere decir la verdad. No cree que esté tan loca para perder todo lo que tiene para vengarse, espera que todo lo haga para asustarlo y lo logra. Lo duda la tiene.
1 mes después…
Es el bautizo del pequeño Onofre. Samuel llega con su hijo tomado de la mano. Sonríe con orgullo. Yoli va por su cuenta. Se adelanta a su marido y se acerca a Fátima, Román y Pelayo que ya están en el templo.
--¡lo siento, Pelayo pero ya no puedo. No puedo callar más… ¡ --Yoli habla como si a ella le doliera lo que va a decir.
Pelayo suplica.
--ahora no es el momento.
--¡¿qué es lo que está pasando?¡ --Román.
Yoli habla con una tristeza fingida, como si ella quisiera hablar y no lo hiciera porque Pelayo se lo impide.
--¡es que me caes muy bien y yo no puedo hacerte este¡¡ ¡No pude convencer a Samuel de elegir otros padrinos… yo esperaba que Pelayo te dijera la verdad… ¡pero no te puedo hacer esto…¡
Yoli se dirige a Fátima aunque es a Román a quien le interesan sus palabras.
Pelayo agarra del brazo a Yoli:
--¡no vayas a decir cosas de las que te puedas arrepentir¡ --Pelayo amenazante.
Yoli finge que llore.
--¡Pelayo me amenaza y por eso no me atreví a decirte la verdad pero si Pelayo no tiene moral yo sí, te tengo en estima y no puedo consentir que te tome el pelo¡
Pelayo exige que calle y Román que hable. Fátima se queda un poco al margen pese a que es a quien le habla Yoli:
--¡no puedes ser la madrina del hijo de tu marido¡ ¡¡Onofre es hijo de Pelayo¡
Pelayo se lleva las manos a la cabeza. Román mira horrorizado a los dos.
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